miércoles, 8 de junio de 2011

Protesta = Violencia

Asumo desde un comienzo que no estoy informada del todo sobre cómo sucedieron los hechos, que lo he visto por los periódicos y que no he profundizado en comunicados, vídeos u otras vías. Sin embargo veo la frase "intento de agresión" en cada titular y noticia sobre Lavín, el conflicto con la UTEM y la educación pública (Chile).

Claramente no importa si fue un golpe, empujón o escupo, aún recuerdo el "jarrazo", pero tampoco importa si fue un jarrón con agua o dos paraderos con el logo de Mc Donald´s, acá lo que importa es que se hace evidente el predominio de una forma de protestar que agrede al otro y lo humilla, como forma de agredir y cambiar un sistema.

Muchos jóvenes quieren cambiar los cientos de males de nuestra sociedad, la injusticia, inequidad, ausencia de una real educación pública, machismo, exclusión, en fin, toda nuestra basura que se huele a kilómetros de distancia y sin necesidad de leer estudios OCDE. Pero el camino que se está trazando muestra un triste deterioro de la protesta, donde lo importante es reírse del "Paco", ojalá golpearlo, romper o dañar la ciudad, hablar mal de la gente, lanzar objetos y palabras con ira.

Muchos dicen que este proceso es el despertar de quienes sienten la violencia del mercado, pero yo no lo veo solamente así, hay una sombra tras ello y creo que es la falta de confianza en los procesos democráticos, el escaso respeto a lo colectivo y sin ir más lejos una desesperanza en el futuro. Yo tampoco creo en la superioridad de las autoridades, pero la violencia física o verbal no está dentro de las formas para cambiar el entorno, la agresión individual y a lo colectivo es caer en la dinámica de humillar al otro, de no ver al otro.

Cuando pienso en Chile y en la necesidad de cambiar las cosas desde la comunidad, desde la región y para todos, creo en que la gente puede, que es capaz y que no necesita de la violencia como medio. Como siempre seré la utópica, pero hace unos años los utópicos estábamos en la protesta y hoy tenemos que ver desde afuera que protestar ya es parte del sistema enajenante y humillante de toda dignidad humana.

Ojo, las palabras claves acá no son Lavín, UTEM ni Reforma Educación, solamente me refiero a las vías para protestar como una forma de ir más allá de lo meramente contingente.