miércoles, 11 de septiembre de 2013

11 de septiembre

Hace tres años que no pasaba un 11 de septiembre en Chile, justamente este que vuelvo a vivir acá es cuando se cumplen 40 del Golpe de Estado e inicio de la Dictadura más cruel y dolorosa que se ha vivido en este joven país.
A razón de este aniversario, durante el último periodo se han presentado variados documentales sobre el tema, profundizando en la violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron a través de la detención, encarcelación, tortura, asesinato y desaparición de miles, solamente por creer en el camino democrático a la revolución.
Entre las muchas reflexiones que emergen en este periodo me encuentro con que se ha dicho que la transición a la democracia fue ejemplar, bien hecha. Este comentario me hace pensar en que ha habido un gran error en la clase política chilena y en los ciudadanos: creer que el proceso hacia la democracia fue bien hecho. Esto porque mayoritariamente lo dice la derecha, grupo político directamente relacionado con la dictadura, lo cual es preocupante ya que significa que en estos 23 años los que fueron beneficiados con la dictadura siguieron viéndose beneficiados, tanto por la amnistía, negación y ocultación de información importante para familiares de detenidos desaparecidos, como por las excesivas libertades económicas que gozan.
Chile sigue dividido no solamente porque hay ciudadanos que ocultan información y otros que la exigen, no solamente porque los que cometieron crímenes se encuentran libres o en penales de alto estándar, sino también porque el crecimiento económico ha dejado el país fraccionado entre quienes controlan la economía, habiéndose beneficiado del poder absoluto y aquellos que aún en democracia deben conformarse con migajas, con seguir en la pobreza o en el endeudamiento. El pueblo chileno, aún sin recuperar la confianza en el otro no sabe cómo organizarse, cómo hacer comunidad y exigir derechos sociales, sin ya el miedo de ser encarcelado.
Así 40 años después del inicio de la dictadura, apenas podemos levantarnos y tenemos que seguir pensando en cómo recuperarnos como ciudadanos, cómo hacer más vida en común y abandonar el sistema individualista de libre mercado al que nos llevaron, a golpes...
 

domingo, 28 de julio de 2013

Cambios en la educación Técnico Profesional chilena

Hace unos días se anunciaron cambios en el actual sistema de educación Técnico Profesional (TP), el cual ha sido históricamente un tipo de educación al cual han accedido jóvenes en situación de vulnerabilidad que por medio del aprendizaje de un oficio buscan acceder rápidamente al medio laboral. Percibir una remuneración ha sido así uno de los objetivos de los jóvenes que permanecen en la educación TP a diferencia de los que se mantienen en el sistema de Científico Humanista, que faculta para la continuación de estudios superiores o trabajos sin necesidad de conocimientos específicos.
Bajo esa misma mirada, el actual gobierno plantea eliminar ciertas especialidades y modificar otras con la finalidad de formar en una línea más acorde a los cambios y necesidades del mercado laboral. Estas modificaciones proponen igualmente otras reflexiones a la luz de la visión gubernamental de "cambiar" aquello que la sociedad -de mercado y civil- han identificado como necesario.
Así, tras conversar en el año 2008 con jóvenes que estudiaban en liceos TP pude comprender que si bien los jóvenes desarrollan habilidades técnicas específicas que evidentemente les ayudan a incrementar los ingresos de sus familias por medio del trabajo informal (es ilegal contratar menores de 18 años) y luego al insertarse en el mundo formal. Existe en los jóvenes un concreto malestar ante la nula consideración de sus intereses, el fomento de habilidades blandas y principalmente por la tendencia de los liceos TP a entregar una formación uniforme que satisface a la empresa, pero que no les da alas para ir más allá de la vida obrera. Los jóvenes percibían en su formación una adecuada solución de problemas para la empresa e industria, pero no para su propio desarrollo. Situación que sigue fuera de la discusión de los cambios que hoy se proponen.
Por eso, debe verse con cuidado el sistema de educación TP en tanto ya existe en Chile la evidencia de una educación que celebra el éxito individual, la segregación social y que se apoya en la desigualdad de oportunidades, así como también en la educación de mercado. No sea que en los jóvenes más vulnerables se vulnere también la oportunidad de salir adelante desde su originalidad más que en lo que el mercado requiere. Para ello hay una forma que aseguraría el cambio desde las necesidades de las personas, la consulta, el diálogo y la visión a largo plazo de la educación. Una visión que respete a las personas y las considere en su presente y futuro, no como meros objetos del cambiante mercado.

miércoles, 25 de julio de 2012

Infancia y Derechos

En varias ocasiones se ha comentado lo vulnerados que están los derechos de los niños y niñas en medio de conflictos armados, ante el consenso innumerables observatorios internacionales y cortes han corrido en apoyo de esta infancia vulnerada. Pero en Chile hace años que se están vulnerando los derechos de los niños y niñas mapuches, situación incrementada con el uso de armas, hallanamientos y la exclusión que ya conocían, sin embargo ni desde los organismos internacionales ni desde la justicia del país se están protegiendo los derechos de los niños.

Siempre he pensado que los Derechos de la Infancia deben promoverse en lugar de protegerse, promoverse en el sentido de que sean educativos en tanto es una obligación de los adultos crear los espacios para que sean respetados, pero no cabe duda que en esta ocasión no es posible sino proteger a los niños para que se cumplan sus derechos mínimos. Los niños son sujetos de derechos que ante situaciones violentas, de conflicto y tragedia, deben ser protegidos porque además son más vulnerables que los adultos. Ese es el primer foco de atención ante un conflicto.
Poner más policías, más jueces, más vehículos es simplemente no mirar la complejidad del problema, pero por sobretodo no proteger a la infancia de los adultos que mapuches o huincas los tenemos en el centro de la lucha.

jueves, 24 de mayo de 2012

Criticar porque es necesario

A menudo me dicen que exagero por ser crítica, no siempre critico, pero digamos que lo hago a menudo porque es necesario. Creo firmemente en que es necesario decir las ideas que uno se ha ido formando gracias a la experiencias de los demás, a las lecturas, al cine, al periódico, a la conversación pasajera con otro o a la más profunda. También en base a lo que sueño durmiendo y despierta.

Así quisiera dedicar unas líneas a la crisis económica y a cómo miramos dicha crisis. La crisis económica que se observa en Europa y en general en todo el "primer mundo", es sumándome a las voces de la calle, resultado de un proceso organizado. Los bancos, las grandes empresas, los políticos, en general el mundo todo poderoso del capital, saben lo que hicieron y lo que hacen para remediar supuestamente la situación. Conocen claramente de qué forma las medidas afectan a la ciudadanía, pero les da igual y mientras sigan obteniendo ganancia les dará igual, ¿o acaso han disminuido sus ingresos?, ¿han bajado los gastos en TV, en el fútbol, en el turismo? Los ricos siguen disfrutando las ganancias de una vida dedicada a explotar a los demás.Por otra parte los ciudadanos promedio, de la calle, pagan con su tristeza, soledad y humillación el haber creído en el capitalismo.

Sinceramente, pienso que la sociedad no es capaz de mirar a su alrededor y darse cuenta de que está siendo controlada, que no hay autonomía civil, que no hay más que lo que nos permiten hacer y que seguimos caminando en una vía, hasta que nos limiten ese caminar. Veo que las soluciones no están en la caridad, sino en la justicia. Quienes creen en la caridad como valor y vía, solamente limpian sus conciencias intentando hacer políticas o proyectos sin trascendencia. Es necesario aprender a luchar por la justicia y la solidaridad, reconocer la importancia del otro, sin importar su origen, sexo o edad, más allá de en aquello que "dono".
No sé cuánto podrá resistir la gente en esas situaciones, mientras haya esperanza en que se puede mejorar la sociedad, quizás resistan mucho tiempo y para ellos/as toda mi admiración por su fuerza y valentía para enfrentarse a un capitalismo supuestamente invisible.

En Chile importa la crisis sólo en caso de que afecte a nuestra economía, ésto lo dicen los ciudadanos en la calle y en la prensa. Al parecer no hay más que eso, nuestro sistema económico y el crecimiento, permanecemos insensibles al dolor ajeno, a la lucha de la gente por su dignidad. Vamos de camino al mismo triste final, donde solamente el reconocimiento del otro nos puede sacar adelante. La insensibilidad no nos puede ganar, hay que saber pararse y mirar hacia el frente, reconocer la realidad y plantearse desafíos para vivir en ella.