sábado, 8 de octubre de 2011

Ideas sobre la experiencia de la marcha



Las prácticas educativas están llenas de valores, son aprendizajes que desde la vivencia permiten formar una base moral para actuar, reflexionar, ser con uno mismo y en la sociedad. Esta experiencia no se queda en el aula, si no que sale de la escuela al patio, al pasillo, al barrio, a la ciudad, a la red, también allí se vive y se aprende a ser. No digo nada nuevo, ni cito a nadie, pero sé que repito lo que muchos sabemos, desde el señor que cruza la calle en verde con su nieto de la mano, la vendedora del mercado que cuenta junto al niño la cantidad de dinero y lo que le alcanza, hasta Dewey y el viejo Protágoras. Como no digo nada nuevo quiero poner ésto en el contexto actual, para ver qué aportes podemos sacar de los informes de la prensa sobre las manifestaciones juveniles que están ocurriendo en el mundo, también de mi experiencia en estas manifestaciones, las de ahora y las de antes.
Cada día vemos que los jóvenes están saliendo a la calle en muchas partes, sabemos que eso ocurre después de coordinar, discutir y pensar formas para presionar y encontrar solución a problemas socioeducativos, todos vinculados a la necesidad de que haya una educación digna, que saque lo mejor de cada uno y que este proceso se entienda como un derecho y no un bien de consumo. Algunos jóvenes salen a la calle con el amigo sin saber bien a qué, otros porque vieron un cartel y se sintieron reflejados, otros se enteraron por el facebook de una chica/o que les gusta, otros salen con el megáfono y algunos estuvieron toda la noche pintanto lienzos o haciendo panfletos. Hay diferentes formas de participar, pero hoy sabemos que muchos están en las calles gritando una verdad y haciendo fuerza.
La manifestación o la marcha es más que una expresión de descontento popular, es una experiencia para vivir la educación entre iguales, aprendemos del otro; de su mirada firme, de su paso alegre, del que comienza el canto, aprendemos de la que saca fotos, de su observación detenida de los hechos más rápidos, aprendemos de la que te comenta cómo se enteró, la que se ríe contigo de lo que dice el lienzo del otro, el/la que mira desde afuera. No es lo mismo tomarse la calle desfilando por el colegio, corriendo por el cáncer o en una marcha.
Tras rescatar el valor de la marcha, para muchos exagerando sobre su interés educativo, quisiera destacar el punto que me motiva a escribir porque veo que ese potencial puede y debe continuar viviéndose después de esa experiencia. Creo que es necesario -por lo menos- seguir con la reflexión, la discusión, la creatividad, desarrollar la capacidad de sorprenderse del otro y de aprender en buena onda/buen rollo. Apunto ésto porque siento que nos perdemos entre la noticia de la marcha, su comienzo, término y los objetivos que la motivaron, dejando de lado la experiencia misma como oportunidad de aprendizaje que necesita reflexionarse y socializarse.
Haya o no haya solución al problema (desde la lógica de la presión y choque de poderes para que quienes están en el poder formal impulsen cambios), es una experiencia que puede ser el inicio de un cambio, es el ahora y es nuestro cambio, desde ahí se puede si aprendemos a mirarnos comprometiéndonos para el mañana real.
Un movimiento organizado no depende de las marchas, también depende de nuestra capacidad de transformarnos o reeducarnos a través del otro y seguir haciéndolo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Los aprendizajes son aquello...

... por medio de lo cual un ser se reposesiona de los interrogantes fundacionales de la cultura para acceder a las respuestas elaboradas por sus predecesores y atreverse a dar las suyas (Meirieu, 1997: 80-81) o conversaciones en el café del Instituto.

Hoy cuando ya me iba del Instituto al cual asisto para hacer mi investigación sobre Participación Juvenil en Instituciones Educativas de Secundaria, me detuve a tomar un café con uno de los profesores que entrevistaré prontamente, mientras charlábamos sobre el tema de mi estudio se comenzó a acercar un chico con cara de angustia, él profesor le preguntó que si se había levantado tarde porque tenía una cara terrible, tras algunos gestos, le preguntó directamente que en qué andaba. El chico dijo que estaba viendo qué hacer para seguir estudiando tras haber terminado el colegio.

Desde ahí en adelante la conversación se concentró en escudriñar que había hecho y cómo lo había hecho, el profe obtuvo pocas respuestas, pero el lenguaje no verbal del chico mostraba claramente que el tema lo tenía complicado, que si no estudiaba pronto, no tenía que hacer en el día, por lo menos durante tres meses y que no encontraba la plaza/cupo que quería.

Un par de consejos más tarde, la pericia del profesor y la entrega del joven estaban en la mesa, se plantearon desde cosas muy profundas como la voluntad, el empeño, el sentido del esfuerzo físico y el académico, la experiencia propia del profesor en estos temas, hasta cosas más prácticas como aprovechar las oportunidades culturales (conocer varios idiomas), la importancia de mostrar interés a través de cartas, mails, llamadas por teléfono, tejer redes, etc. De repente la charla se vió interrumpida cuando sonó el timbre en el Instituto y el café comenzó a llenarse de estudiantes y profesores. Así en un tiempo y tras un apretón de manos el joven se marchó.

Cuando lo vi irse, comencé a pensar en qué había pasado...el chico quiso ir a buscar esas ideas a un lugar donde lo conocían, quiso conversar el tema y escuchar, mostró sin miedo su angustia y sus temores, aceptó ser cuestionado y reflexionar con otros sobre su futuro y su presente. El joven tomó un conflicto personal y lo llevó al diálogo con una persona que conocía, que le era próxima y que lo guió sin obligarlo a hacer algo, el profesor lo orientó, le expuso las fortalezas que poseía y lo inspiró a seguir. Quizás el chico haya tomado una decisión, puede ser que no, ahora viene la segunda parte de lo que definió Meirieu como aprendizaje; atreverse a dar respuestas propias.

Como espectadora me quedo con la sensación de que el aprendizaje puede ser la definición de Meirieu, lo que se vivió en media hora y por sobre todo la importancia de la relación entre profesor- estudiante, en la cual más allá de lo concreto que los vincula o vinculó en un aula, se pueden trazar las bases que permiten el diálogo franco sobre la vida, un diálogo que finalmente ayuda a que ambos se reconstruyan al encontrarse en las incertidumbres y certezas del otro.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Y septiembre será primavera...

Tiempos revueltos en Chile, donde un movimiento educativo; demandas históricas mapuche y las injusticias en materia social han unido a las personas en otra forma de pensar y pasar el 18. Ahora se desarrolla un movimiento que demuestra la necesidad de poner en el tapete y en nuestros corazones una verdad que ya acuñó Allende: la historia la hacen los pueblos...
Quizás este septiembre nos traiga flores de consenso, de propuestas reales y comprometidas, puede ser que florezcan en nuestros corazones la fuerza para ponernos a trabajar juntos por una educación que permita sacar lo mejor de cada uno en toda la diversidad. Parece que un nuevo pueblo chileno se levanta, un pueblo diverso, que no es sólo uno sino varios pueblos, quizás se deje de lado la violencia y se empiece a usar la fuerza de la razón , como debería decir un escudo acorde a los tiempos.
Todo lo anterior puede ser que venga, yo lo huelo, veo que se debe avanzar en crear lazos de confianza, de compromiso entre todos los actores políticos, o sea entre toda la población. Una democracia joven necesita de gente joven que quiera trabajar tomando la historia y poniéndola al servicio de las necesidades actuales. Como decía en un post antiguo, somos todos los que debemos asumir los costos y las implicaciones de los cambios, no evadir ni delegar en representantes, tampoco presionar solamente a través de marchas, hay que hablar fuerte y claro, pero con el corazón abierto a que una nueva historia de la nación chilena empiece, esta vez de verdad en septiembre.

lunes, 29 de agosto de 2011

Lo dijo Parra en su última clase...

"Adiós estimados alumnos
a defender los últimos cisnes de cuello negro que van quedando en este país
a patadas
a combos
a lo que venga
la poesía nos dará las gracias".

sábado, 27 de agosto de 2011

Breve comentario sobre la crisis de la educación chilena

Hace meses se viene desarrollando el mayor paro educacional de los últimos años en Chile, no es tan sólo grande en adhesión de diversas instituciones educativas, sino que también en el apoyo social recibido transversalmente. El problema planteado por estudiantes secundarios y universitarios se resume en dos puntos: calidad y lucro, ambos conceptos provienen de una errada fuente ideológica, considerar y presumir de que la educación es un bien de consumo, por lo tanto el acceso a mejores condiciones formativas está directamente relacionado con el pago por ese producto.
El país vive así una distribución del derecho a la educación en condiciones diferenciadas por ingreso familiar, los más ricos tienen una mejor educación porque pagan por condiciones y contenidos que efectivamente desarrollan el pensamiento, el alma y el cuerpo, en cambio los más pobres no pagan o pagan menos, situación que hace que el sistema se ajuste al presupuesto. El resultado de este flujo es una gran desigualdad de oportunidades, completa inequidad por todos sabida, por muchos respaldada y por otros tantos aceptada.
La educación superior funciona en la misma lógica, solamente que el descaro de políticos y empresarios (o lo mismo sería decir "políticos empresarios") sepultó a través del endeudamiento a los estudiantes de las tantas universidades del país, o mejor dicho centros de difusión de información porque de universidades tienen poco o nada. Los "académicos" durante años se han mantenido en este sistema recibiendo importantes cantidades de dinero por servicios nada de académicos, quedando la formación de profesionales en mano de cualquiera que quisiera hacer clases, sin investigar ni preguntar demasiado.
Así, en algún momento había que despertar, los jóvenes secundarios nuevamente han salido de sus colegios para decir la verdad a cara destapada, con la certeza de que perdían más quedándose en la sala de clases que luchando por un cambio, por otra parte los universitarios han sabido usar sus años de experiencia y formación para activar un movimiento nacional cohesionado, atractivo e inteligente y los profesores, la CUT y los políticos han sabido, bueno han sabido aprovecharlo para volver a los siempre recordados ´80, porque ese nunca más tiene que volver a decirse y porque disfrutar de 30 años de políticas concertacionistas en los cuales compraron casa, auto, colegios, etc., no tienen tanta emoción como los vídeos del "no" y los "compañeros".
Desde la pequeñez de mi experiencia, creo que el movimiento tiene toda la razón y obligación de llegar con sus intenciones a un término de conflicto que nos obligue al resto a actuar, a comprometernos en una acción educativa distinta, a participar activamente en las determinaciones del proyecto educativo de país, ese proyecto que está en la consciencia de la gente y no se encuentra en ningún programa político hasta ahora.
Los caminos planteados por el movimiento estudiantil son la vía para que la gran mayoría pueda ser y estar dignamente en el sistema educativo, con acceso a aprendizajes reales, útiles para uno mismo y para la sociedad, sin endeudamiento, pero haciéndose responsable de lo que pasa, sin esperar a que 5 años más vuelvan a pasar delante nuestro para salir a la calles, sino que haciendo un trabajo codo a codo, en el cual todos los que quieran y puedan se preocupen por lo que pasa en los colegios, en la comuna, en la región, por escoger representantes con una visión amplia de la realidad social y educativa, que no le teman a la polémica, a la diversidad, al conflicto ni menos a la pobreza.
Construir una sociedad con todos significa que también me incluyo, que incluyo al que piensa distinto a mi, que dialogamos y entendemos que hay espacio para todos si trabajamos en la base del respeto y admiración por la dignidad humana. Este camino huele a esfuerzo por lo que confío en que habrá que forjarlo con tesón, paciencia y amor. El asunto es que hay que empezar a caminar, no me gustaría ver que de la crisis caemos en depresión...

A Santiago los boletos

Ahora sabemos que la próxima estación es Santiago, esperar impacientemente nos dejó la lección de disfrutar el "mientras tanto" pero ahora las reflexiones previas al cambio son un ruidito constante. Irme a vivir a la capital seguro habría sido un sueño a los 17 años, un inicio de vida en la gran ciudad, el centro administrativo y financiero del país, no legislativo por 200 km (sin duda una burla para los que vivíamos un poco más lejos). Pero ahora que estamos empacando para hacerlo, solamente pienso en qué será de la vida allá, qué será de los sueños y las promesas que me hice alguna vez.
Siempre he pensado mi trabajo para ser un aporte real al país, aún no creo serlo, he sido profesora a duras penas, seguro que no la mejor, pero quise mis días de clases con locura y entusiasmo, aunque seguro mis ex-estudiantes no creerán que era lo suficientemente buena y estoy de acuerdo con ellos, no lo era, pero quiero serlo. Empecé el Mg. apenas salí de la U porque quería ser un aporte real a la educación del país, hice una investigación que me motivaba un montón y que finalmente después de dos años podré publicar y presentarla en un congreso, pero aún así no siento que sea un aporte a la educación de mi país, más bien siento frutos de la famosa "renta educativa", pero en mi vida personal y no en el país... Al empezar el doctorado dimensioné la realidad de mi pequeñez que es -aunque ridículo- tremenda, no soy mucho y seguro que no sé mucho, pero aún estoy aquí intentando hacer algo útil. Acá debo aclarar un aspecto personal, cuando me decidí por la educación siempre lo hice desde mi cama mirando directamente un cerro muy alejado, pero lo suficientemente grande para verlo desde mi ventana en Valdivia.
Cambio de párrafo, porque ahí cambió mi vida, en ese cerro había uno y varios campamentos, lo he dicho mil veces y nunca pararé de hacerlo, creo que conocer ese cerro y ver que era muralla, miedo, fuente de tierra, de leña y tantas cosas más, cambió mi vida. Por eso pensaba que me quedaría por esas tierras verdes a aportar para que no hayan más niños sufriendo exclusión, desigualdad y falta de acceso, todas las penas juntas y en potencia. Tantos años han pasado y no tengo idea cómo lo haré porque no quiero abandonar ese sueño, sé que me voy a una ciudad que está partida por la mitad, donde la mitad de arriba se olvida de la mitad de abajo que después de tantos años ha terminado odiando a la mitad de arriba, una ciudad donde la mayoría intenta salir adelante pero no puede, donde hay gente que viaja más de una hora para llegar a trabajar a una comuna "desarrollada" y luego volver a la pobreza con un sueldo que no alcanza para nada, ni para soñar.
Quizás exagere y omita muchos aspectos de la realidad santiaguina, sin embargo al plantearlo así me desafío a querer tanto esa ciudad como al campamento, a omitir los 6.000.000 para mirar a los 2 ojos que tenga en frente firme y con sinceridad, a sentir el pulso de una ciudad que puede ser un lugar mejor si hay corazones que estén dispuestos a hacer de su trabajo un servicio profesional. En fin, terminaré mi tesis donde nunca la habría empezado, en la dureza de la realidad y como me lo ha dicho Jorge siempre "ir desde la teoría al aula", esta vez desde el sueño a la realidad, a probar (me) que se puede seguir soñando para esta vez efectivamente haciendo un aporte a la educación.
Las puertas se han abierto una vez más para empezar de nuevo, claro que esta vez para cumplir con lo viejo.

miércoles, 27 de julio de 2011

(...)

¡Mare meva!, como diría mi amiga Alhelí con toda su frescura y naturalidad.
Quizás cuánto tiempo tendremos que estar esperando una respuesta positiva o negativa que nos abra las puertas a un nuevo camino. Esperar genera ansias, más cuando hay poca paciencia, pero es difícil solamente sentarse a esperar, estamos tan acostumbrados a que sea parte de nosotros tomar la decisión final, pero cuando eso no es así genera mil cosas extrañas, me interesa tanto que digan que sí...
Intento reflexionar sobre cómo es más sano llevar una breve espera y no encuentro muchos caminos, solamente veo el de seguir con la rutina y estar atenta a los resultados, sin perder la cabeza en el intento de combinar ambas. Supongo que hay muchas personas esperando; haciendo una lenta fila para pagar una deuda mientras piensan que podrían ir otro día, pero siguen allí, esperando que avance esa fila; otros que están en un aeropuerto, estación de buses o paradero a punto de iniciar un viaje, un encuentro que les llena de ilusión; habrán quienes se enteraron de que serán madres o padres y comienzan a contar los días para que llegue un hijo, analizan los cambios, el crecimiento del bebé en el vientre y anhelan que llegue ese día; hay otras esperas vitales como la de aquel que necesita un órgano para seguir con su vida; unas más simples como la quien volverá a llamar para ver si contestan; la de quien le dijeron a las 18:00 y son las 18:25 y las de quien está en su casa, frente al pc, con el correo electrónico abierto, esperando que llegue ese mail con la noticia.
Cuántas veces nos pasamos el día esperando que pase algo o que no pase nada, nos quedamos en pausa con la vida, porque en definitiva, aunque no nos guste todo no depende de uno y ahí estamos tejiendo y destejiendo, aprendiendo a integrarse y no adaptarse a lo que venga.

sábado, 9 de julio de 2011

Pablo Milanés

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan
tener lo que uno disfruta y ama.
La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado que en todas partes me llaman.
La vida no vale nada cuando otros se están matando y yo sigo aquí cantando cual si no pasara nada.
La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga.
La vida no vale nada si ignoro que el asesino cogió por otro camino y prepara otra celada.
La vida no vale nada si se sorprende a otro hermano cuando supe de antemano lo que se le preparaba.
La vida no vale nada si cuatro caen por minuto y al final por el abuso se decide la jornada.
La vida no vale nada si tengo que posponer otro minuto de ser y morirme en una cama.
La vida no vale nada si en fin lo que me rodea no puedo cambiar cual fuera lo que tengo y que me ampara.
Y por eso para mí la vida no vale nada.

viernes, 1 de julio de 2011

Principio de solidaridad

Algunos estudiantes cantan en Chile “la educación es mía, me la quieren quitar, porque mi papá no la puede pagar, porque mi mamá no la puede pagar…”, en medio de un país con amplias protestas, con petitorios estudiantiles profundos y transversales que invitan a cambios de fondo en un sistema educativo de una gran desigualdad, un canto que parece parte de la protesta permite ir un poco más allá, nos permite movernos a lo más duro de la realidad educacional chilena.

No se necesitan grandes estadistas para reconocer que es cierto que los jóvenes logran estudiar a través del endeudamiento, que las becas no son suficientes y que no cubren las necesidades reales de un estudiante o de su familia, es tristemente verdadero que la educación superior en mi país está solamente al alcance de algunos pocos que pueden pagarla y disfrutarla o de quienes tienen el valor o la ingenuidad de empezar a estudiar sabiendo que deberán durante años una cantidad de dinero similar a lo que costaría una casa, pagando siempre de a poco y manteniéndose por décadas endeudado.

Sin desmerecer estas verdades quisiera cruzar la calle, imaginar que voy en una protesta e intentar dar la vuelta a la manzana corriendo para mirar desde la otra cuadra esta protesta, esta manifestación de jóvenes entre 13 y 27 años, ver a los profesores del Colegio de Profesores (que están tan viciados como las políticas educativas), a las mamás y papás que van con ellos, pero mirar sobre todo a los que no están caminando, a quienes están mirando como yo.

Identifico a mis amigos, a mis compañeros de curso, de la Universidad, de voluntariados, sí sé quienes son, son jóvenes profesionales, con trabajo y un ingreso que supera los 400.000, quizás no son tan jóvenes ni tan profesionales, pero ya están fuera del sistema universitario, están trabajando o comenzando a cursar un magíster, quizás no pudieron entrar a una universidad o a un instituto, pero son personas ingeniosas que con esfuerzo hicieron una empresa o consiguieron un empleo, todos están trabajando para hacer de Chile un país mejor.

En este momento suena una chicharra que avisa ¡mentira! la verdad es que de las personas que están fuera del sistema educativo son muy pocos los que desean que las cosas cambien de verdad, puede ser que lo deseen, pero no se manifiestan dispuestos a aceptar políticas que signifiquen un impuesto individual mayor para mejorar la educación pública, no desean participar en sus barrios o en los colegios de sus hijos para construir una nueva idea de sociedad. Muchos creen que todas las demandas sociales las debe pagar el cobre o simplemente que el gobierno es tan de derecha que no se puede pensar en algo mejor, muchos de los jóvenes no tan jóvenes, profesionales no tan profesionales, creen que el dinero que ganan es su sueldo, el fruto de su trabajo y que es para vivir mejor que sus padres, mejor que sus abuelos, para que sus hijos puedan estudiar en mejores colegios, en un barrio más lindo.

A ver si nos suena esta mirada, porque creo que está en la mente de mucha gente, sin duda cuando exista un principio de solidaridad que facilite entender a todos que la educación es un derecho pero no individual si no que es un derecho para el desarrollo de las comunidades, desde el pueblo al continente, quizás ahí las marchas se transformen en mesas de trabajo, en asambleas intergeneracionales, en proyectos, en colaboración, mientras tanto seguiremos pensando que el fruto de la educación es el bienestar personal y todos cantaremos "la educación es mía, me la quieren quitar” esperando que el gobierno de turno inicie una propuesta, inyecte recursos y nosotros podamos seguir con lo "nuestro".

miércoles, 8 de junio de 2011

Protesta = Violencia

Asumo desde un comienzo que no estoy informada del todo sobre cómo sucedieron los hechos, que lo he visto por los periódicos y que no he profundizado en comunicados, vídeos u otras vías. Sin embargo veo la frase "intento de agresión" en cada titular y noticia sobre Lavín, el conflicto con la UTEM y la educación pública (Chile).

Claramente no importa si fue un golpe, empujón o escupo, aún recuerdo el "jarrazo", pero tampoco importa si fue un jarrón con agua o dos paraderos con el logo de Mc Donald´s, acá lo que importa es que se hace evidente el predominio de una forma de protestar que agrede al otro y lo humilla, como forma de agredir y cambiar un sistema.

Muchos jóvenes quieren cambiar los cientos de males de nuestra sociedad, la injusticia, inequidad, ausencia de una real educación pública, machismo, exclusión, en fin, toda nuestra basura que se huele a kilómetros de distancia y sin necesidad de leer estudios OCDE. Pero el camino que se está trazando muestra un triste deterioro de la protesta, donde lo importante es reírse del "Paco", ojalá golpearlo, romper o dañar la ciudad, hablar mal de la gente, lanzar objetos y palabras con ira.

Muchos dicen que este proceso es el despertar de quienes sienten la violencia del mercado, pero yo no lo veo solamente así, hay una sombra tras ello y creo que es la falta de confianza en los procesos democráticos, el escaso respeto a lo colectivo y sin ir más lejos una desesperanza en el futuro. Yo tampoco creo en la superioridad de las autoridades, pero la violencia física o verbal no está dentro de las formas para cambiar el entorno, la agresión individual y a lo colectivo es caer en la dinámica de humillar al otro, de no ver al otro.

Cuando pienso en Chile y en la necesidad de cambiar las cosas desde la comunidad, desde la región y para todos, creo en que la gente puede, que es capaz y que no necesita de la violencia como medio. Como siempre seré la utópica, pero hace unos años los utópicos estábamos en la protesta y hoy tenemos que ver desde afuera que protestar ya es parte del sistema enajenante y humillante de toda dignidad humana.

Ojo, las palabras claves acá no son Lavín, UTEM ni Reforma Educación, solamente me refiero a las vías para protestar como una forma de ir más allá de lo meramente contingente.

martes, 31 de mayo de 2011

Consell d´Infants

Hoy por la mañana salimos con Clarissa para asistir a la finalización del curso escolar de los Consells de L´Hospitalet de Llobregat. Caminamos y buscamos por toda la ciudad el Centro Cultural hasta que dimos con el espacio donde se celebraría este acto ubicado en "La plaza de la cultura". Al llegar no fue difícil darse cuenta de que lo que presenciaríamos sería un momento especial para los niños, niñas y jóvenes, porque en particular este Consell además tiene un plenario de Jóvenes de la ciudad.

El Consell es una entidad impulsada por la Diputació que busca promover la participación real de los niños y niñas en su ciudad, cada municipalidad lo acoge y ejecuta con sus visiones y características particulares (dinamizadores, actividades, intervención real en la ciudad, tiempos, etc.) Desde la teoría (Tonucci, F.; Novella, A.) ya es una actividad fuera de lo normal, que inspira y emociona por la sinceridad con que los niños se hacen cargo de los problemas de la ciudad que los aquejan como niños y más allá de la infancia incluso, porque a través de sus ojos y cortos centrímetros ven bastante más que lo que los adultos de una misma ciudad, preocupándose por lo que cada uno de los miembros de la ciudad necesita.

El acto que presenciamos hoy fue exactamente el cierre de un año de trabajo, tiempo para mostrar lo realizado, hacer propuestas y compartir sueños. Los niños, niñas y jóvenes abordaron problemáticas vinculadas a nombres de calles, usos de plazas, programas de radios y un festival de música. Cada uno de estos temas fue analizado y trabajado intensamente, demostrando que los más pequeños de la sociedad son sin dudarlo ciudadanos del presente y que quieren estar haciendo ciudad, aprendiendo a participar a través de la experiencia, disfrutando a través del juego y el aprender.

Desde la silla en que me encontraba y mientras un pequeño de tres años llamaba fuertemente a su hermano que estaba en el escenario presentando su trabajo, solamente podía pensar en que indudablemente eso dejará huella en la vida de los niños, niñas y jóvenes, que esa huella será un paso en su formación ciudadana que junto a otras experiencias harán que su mirada a nuestra sociedad sea más implicada, pero también era una lección para los adultos sobre la confianza y la necesidad de compartir el poder junto con las responsabilidades.

Al salir empezó a llover en L´ Hospitalet, una lluvia de verano que refrescó nuestras cabezas como ese acto refrescó la memoria, lo aprendido y lo desaprendido.

lunes, 23 de mayo de 2011

De políticas

Ya es oficial, en España la mayoría de los Ayuntamientos y sus concejales están en manos del PP, el partido de derechas más extremo que he conocido (xenofobia, homofobia y machismo son solo parte del pensar y ser de sus dirigentes) . Mi joven experiencia me hace ver en estas decisiones mayoritarias un camino sin retorno hacia la supremacía de las "libertades personales" ante el bien de todos, nada nuevo para muchos, pero vinculándolo con el fuerte movimiento que se ha generado desde los jóvenes "indignados" es temible que los grupos que emergen desde las bases, con intereses y formas de trabajo distintas, con sueños más que metas y con energía limpia proveniente de años de democracia y bienestar, no serán escuchados, es más serán acallados...

El movimiento 15M no es similar a otra huelga concertada entre los gobiernos y los sindicatos de España, no, en este es el lugar donde se oyen las voces silenciadas por un bienestar que ahogaba el espíritu. Este movimiento nace entre los que saben que son capaces de organizarse, de pensar y analizar la realidad, de los que han trabajado durante años con inteligencia y optimismo, pero que ven cada vez más recurrente que sus ideales se queden en la conversación con los "colegas" sin poder influir en lo político.

Me gustaría pensar que se puede hacer otro sistema, cambiarle el nombre a esta democracia y buscar nuevas formas de gobierno, de autogobierno. Cuando la mayoría de la población sabe vivir en un sistema que te reprime, leer, escribir, enviar mails, analizar y expresarse, es justo creer en que entre todos podemos hacer algo mucho mejor que ésto, cuando hemos visto por años a gente motivada y capaz de actuar con amor, es posible creer en lo imposible. Pienso que se puede y que podemos, pero a la vez veo que la "marea azul" como le han denominado al avance del PP siembra otro escenario desde el poder formal y no sé si escucharán a los que se están manifestando, acá quizás aún no es el momento, pero quien sabe en nuestras tierras jóvenes y cálidas, de sangre vigorosa cuyas capacidades aún no hemos usado para crear NUESTRO desarrollo.

viernes, 28 de enero de 2011

La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respetuo mutuo. E. Galeano



Esta frase ha hecho renacer un impulso por cooperar, por acompañar, por ser solidaria.
Veo que no soy solidaria con los próximos y con los que más sufren, no estoy atenta.
He estado observando sin ver en los corazones de los demás. Quisiera emprender en y avanzar en la opción de ser/ estar más con la gente, de vivir la solidaridad.

En Barcelona se siente mucho la lejanía entre las personas y por lo mismo se siente bastante proximidad entre grupos "regionales", así los latinoamericanos sin miedo nos tocamos, abrazamos y miramos a los ojos con fuerza; los indios se ven se tocan y abrazan con amor de hermanos, todos/as viven la proximidad al identificarse en algún aspecto con el otro, pero no así con el que es distinto. Después de un año viviendo acá me cuesta mirar y dialogar con las personas diferentes a mi.

Lo más triste no es que solamente me cueste dialogar desde lo sencillo a lo profundo sino que no logro penetrar en la mirada de las personas que están sufriendo la soledad, el aislamiento, la falta de comunicación en esta ciudad. Siento "la crida" como dirían mis amigos/as a avanzar en ese camino.

Sé que cuento con un apoyo inmenso de redes para hacerlo, sé que puedo esperar hasta volver de Chile y hacerlo, pero siento en el fondo de mi alma un llamado a hacerlo.


domingo, 16 de enero de 2011

La participación de los jóvenes en el Sistema Educacional chileno

Mientras busco centros escolares en Chile que me permitan hacer la investigación de doctorado, me encontré con esta noticia que lleva por titular el mismo título del texto que escribo.

Al leer tan sólo el titular podríamos esperar que se refiriera a las diferentes formas de participar que disponen los jóvenes en el sistema educativo, probablemente una profundización en los Centros de Estudiantes, alguna información sobre qué son los Consejos Escolares y las oportunidades que han generado para la participación juvenil e incluso referirse al ya antiguo proyecto de Parlamento Juvenil, pero no es así. La noticia indica, en base a un estudio de la INJUV, cómo los jóvenes, según su situación socioeconómica, se ubican dentro del Sistema Escolar.

El tema tratado e investigado por la INJUV no deja de ser interesante y trascendente pues se evidencia una constitución desigual del Sistema Educativo y una creciente universalización de la educación básica, pero ¿la Participación de los Jóvenes es tal y cómo se menciona una distribución según perfiles socio-económicos?

El concepto de participación por sí solo abarca una gran diversidad de escenarios sociales en los cuales los sujetos toman parte, intervienen y transforman según sus capacidades e intereses. Los jóvenes en relación con el Sistema Educativo poseen grandes capacidades para PARTICIPAR, para ser parte real de este Sistema y no una cifra reflejo de su condición socio-económica heredada familiarmente. Sin embargo en nuestra sociedad nos gusta sentir que solamente los adultos saben qué hacer y cuándo intervenir para transformar, es reiterada la tendencia a construir ciudades, escuelas y futuros desde una visión adultocéntrica en la cual los jóvenes o los niños solamente son personas con opinión en potencia, así también es habitual escuchar que cuando crezcan tendrán juicio y razón para discutir con fundamentos ante lo que les afecta.

Este argumento se aleja de una mirada integradora que valore al sujeto en su presente y de una visión de país que cuente realmente con todos/as, ante ello la invitación es a ampliar la perspectiva, investigar, pensar y creer que en nuestro Sistema Educativo los niños y jóvenes tienen mucho que decir, que contar con ellos es una forma inmejorable de hacer realidad el sueño de una educación que permita desarrollarse e integrarse desde el ahora en las diversas áreas de la sociedad.

Finalmente y en relación con el texto que inspiró esta redacción, contar con los niños y jóvenes en el presente de los procesos educativos puede hacer la diferencia entre la exclusión y equidad social, un escenario para construir y no solamente contemplar la injusta distribución social.