jueves, 24 de mayo de 2012

Criticar porque es necesario

A menudo me dicen que exagero por ser crítica, no siempre critico, pero digamos que lo hago a menudo porque es necesario. Creo firmemente en que es necesario decir las ideas que uno se ha ido formando gracias a la experiencias de los demás, a las lecturas, al cine, al periódico, a la conversación pasajera con otro o a la más profunda. También en base a lo que sueño durmiendo y despierta.

Así quisiera dedicar unas líneas a la crisis económica y a cómo miramos dicha crisis. La crisis económica que se observa en Europa y en general en todo el "primer mundo", es sumándome a las voces de la calle, resultado de un proceso organizado. Los bancos, las grandes empresas, los políticos, en general el mundo todo poderoso del capital, saben lo que hicieron y lo que hacen para remediar supuestamente la situación. Conocen claramente de qué forma las medidas afectan a la ciudadanía, pero les da igual y mientras sigan obteniendo ganancia les dará igual, ¿o acaso han disminuido sus ingresos?, ¿han bajado los gastos en TV, en el fútbol, en el turismo? Los ricos siguen disfrutando las ganancias de una vida dedicada a explotar a los demás.Por otra parte los ciudadanos promedio, de la calle, pagan con su tristeza, soledad y humillación el haber creído en el capitalismo.

Sinceramente, pienso que la sociedad no es capaz de mirar a su alrededor y darse cuenta de que está siendo controlada, que no hay autonomía civil, que no hay más que lo que nos permiten hacer y que seguimos caminando en una vía, hasta que nos limiten ese caminar. Veo que las soluciones no están en la caridad, sino en la justicia. Quienes creen en la caridad como valor y vía, solamente limpian sus conciencias intentando hacer políticas o proyectos sin trascendencia. Es necesario aprender a luchar por la justicia y la solidaridad, reconocer la importancia del otro, sin importar su origen, sexo o edad, más allá de en aquello que "dono".
No sé cuánto podrá resistir la gente en esas situaciones, mientras haya esperanza en que se puede mejorar la sociedad, quizás resistan mucho tiempo y para ellos/as toda mi admiración por su fuerza y valentía para enfrentarse a un capitalismo supuestamente invisible.

En Chile importa la crisis sólo en caso de que afecte a nuestra economía, ésto lo dicen los ciudadanos en la calle y en la prensa. Al parecer no hay más que eso, nuestro sistema económico y el crecimiento, permanecemos insensibles al dolor ajeno, a la lucha de la gente por su dignidad. Vamos de camino al mismo triste final, donde solamente el reconocimiento del otro nos puede sacar adelante. La insensibilidad no nos puede ganar, hay que saber pararse y mirar hacia el frente, reconocer la realidad y plantearse desafíos para vivir en ella.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Prueba Inicia 2012

Hace pocos días se difundieron los resultados de los egresados de Pedagogía en Educación Básica y Parvularia en la prueba Inicia. Evaluación que mide competencias, saberes pedagógicos y disciplinarios de quienes prontamente ingresarán a las aulas.

Los resultados son presentados por niveles de logro según las universidades e institutos que dictan las carreras en cuestión, e indican junto a una tremenda precariedad de los logros obtenidos por los jóvenes, que tan sólo algunas de estas instituciones logran un acabado nivel de aprendizaje de sus estudiantes durante los cuatro años, como mínimo, que duran ambas carreras.Tan sólo algunas universidades y es correcto afirmar que son considerablemente pocas y que principalmente están en Santiago y concentran estudiantes de clase media alta.

De esta forma los pésimos resultados, así como la concentración de los buenos resultados son un desafío para las universidades chilenas, especialmente las de regiones y aquellas que tienen poca "tradición". Son un llamado a pensar finalmente en hacer las cosas bien, a tener docentes competentes y comprometidos con la educación del país, a terminar los contratos "por asignatura" que no dejan espacio a la formación integral ni a la investigación, a evaluarse y reflexionar permanentemente sobre sus prácticas y no sólo por alcanzar la acreditación, sino por asegurarse de que están haciendo lo mejor para educar a los profesores. Un llamado a ver a los estudiantes como sujetos de derechos y capacidades, no consumidores del mercado educativo.

Sin este compromiso desde las universidades y los docentes que allí están, los resultados seguirán indicando que los profesores se "harán en el camino" y que mientras tanto estarán en las aulas, probablemente con los estudiantes más necesitados y que no pueden elegir.